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Una buena reputación: el activo intangible más valioso de su empresa

Elaborado por Estefanía Petta

En la actualidad, no hay nada más valioso para su empresa que el tener una buena reputación, sobre todo en un contexto tan volátil como el de las redes sociales y el lugar que tiene la opinión pública dentro de estas. 

Pero… ¿Qué implica exactamente el concepto de reputación? Esto es simple: se trata del reconocimiento que tienen grupos de interés con respecto a una organización, empresa o marca. Se construye con base en las acciones pasadas pero también se vincula con aquellas expectativas que se tienen sobre el futuro de la organización. Además, se debe tomar en cuenta que la reputación resulta de la relación que se produce entre lo actuado (lo hecho), lo comunicado (lo dicho) y lo interpretado (lo percibido). Cabe señalar que la cultura empresarial, liderazgo, gestión de la marca, el servicio al cliente y la atención a la prensa son todos factores que influencian la reputación.

Visto el concepto de reputación, es posible adentrarse en su importancia. La clave está en entender que una organización que está siendo percibida de forma positiva se beneficia de una ventaja estratégica. Esta ventaja implica un mejor posicionamiento entre grupos de interés, distinguirse entre competidores, conseguir la fidelidad de las audiencias y mantener la confianza de los clientes. Por lo visto, una buena reputación no es meramente un adorno. Francamente, es determinante en el cumplimiento de los objetivos de la empresa puesto que depende de ella que las personas sigan viendo a la organización como digna de su atención.

Ahora, con el fin de priorizar la buena reputación de su empresa, se sugiere la realización de un mapeo de riesgos y posibles asuntos críticos que podrían surgir según las características del negocio y la industria en la que se enmarca. Si se mapean los posibles problemas con los que la marca o empresa pueden cruzarse, es más sencillo trabajar en preservar la reputación en caso de que alguno de estos problemas se materialice. En ese mismo orden de ideas, se aconseja para mantener la reputación: medirla, gestionarla, sensibilizar a sus colaboradores, el uso de herramientas de social listening y el invertir en la estrategia de contenidos de la organización.

Por último, no está de más reiterar que una buena reputación es determinante en que la empresa alcance eso que se propone, razón por la cual trabajar en cómo se percibe la organización no debe ser visto como algo opcional. Más bien, se promueve la gestión de la reputación como una tarea vital para la continuación a largo plazo de las operaciones del negocio y su supervivencia.

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